En los océanos Ártico y Antártico nos encontramos con otro de los más extraños y maravillosos paisajes. Se trata de las grandes extensiones de hielo marino florido comúnmente llamadas «Flores de Hielo».
Estas sorprendentes flores formadas sobre las capas de hielo de los polos, tienen su origen en el vapor de agua que se escapa a través de las pequeñas fisuras del hielo superficial y que al entrar en contacto con el aire frío, solidifican directamente, cristalizándose sobre las placas de hielo como si de jardines congelados se tratase. En este proceso, que sucede a temperaturas cercanas a los 22 grados bajo cero, las estructuras de las flores de hielo crecen verticalmente cuando en el hielo se producen fisuras escapando por ellas el vapor de agua y congelándose directamente al entrar en contacto con el aire, un proceso al que llamamos como deposición o sublimación inversa. Pero para congelarse necesita una “semilla” y usa la sal presente en el hielo poroso para comenzar el proceso de cristalización y crear esa especie de flores sobre el hielo Pero en el océano, estas flores, tienen una característica muy especial, ya que, a diferencia del hielo normal, las Flores de Hielo o Flores de la Escarcha, son saladas. El mar de hielo poroso en el que se forman las flores exprime el agua salada en un proceso conocido como rechazo de salmuera, haciendo que su salinidad alcance casi tres veces la salinidad del agua de mar. Además, junto a la sal, estas hermosas formaciones también recogen bacterias marinas y otras sustancias, como formaldehídos, lo que las convierte en un ecosistema ideal para el estudio de microorganismos que nos que pueden dar pistas sobre el origen de la vida en la Tierra.