Riego: moderado, evitando mojar las hojas. Soporta bien la sequía.
Abono: No necesita abonado extra.
Descripción
Especie arbórea de hoja perenne. Puede llegar a ser muy longevo, existiendo ejemplares con más de 1000 años.
Es uno de los árboles más habituales en los jardines y cementerios del Mediterráneo. Tienen porte columnar y pueden alcanzar los 25-30 metros de altura. Sus hojas son perennes y escamosas de entre 2 y 5 mm de longitud que forman un follaje denso de color verde oscuro. Producen flores masculinas y femeninas que no revisten interés ornamental. El fruto es una especie de piña redondeada de unos 2-3 cm de diámetro.
Tronco recto, pudiendo alcanzar hasta 1 metro de diámetro. Corteza delgada, más o menos lisa con grietas longitudinales, de color grisáceo en árboles jóvenes que va cambiando a pardo oscuro.
Se emplean como ejemplares aislados, en pequeños grupos, en hileras y son ideales para setos o pantallas.
Cuidados
Su crecimiento es rápido durante los sesenta u ochenta primeros años, en los que llega a alcanzar de 20 a 30 metros de altura.
El Ciprés común vive bien en una exposición de pleno sol o de semisombra y es capaz de resistir heladas de hasta unos -15 ºC.
No son nada exigentes con el suelo siempre que drene bien y no retenga la humedad; crecen incluso en suelos calizos, pobres y secos.
El riego ha de ser moderado evitando mojar las hojas. Resisten la sequía por lo que es mejor esperar a que la tierra esté bien seca antes de aportar más agua.
Toleran muy bien la poda de formación que se puede realizar a finales del invierno o en otoño.
Es una planta de bajo mantenimiento que no necesita abonos.
Resiste bien las habituales plagas pero es sensible al exceso de humedad que produce enfermedades fúngicas como la cancrosis.
Su propagación a partir de semillas es un proceso lento.