Con unas quinientas (500) especies, el aloe está ampliamente distribuido y se considera una especie invasora en muchas regiones del mundo.
El Aloe Vera es una planta suculenta única con hojas perennes, gruesas y carnosas que contienen una sustancia gelatinosa llena de nutrientes y compuestos activos. Sus beneficios son variados, desde propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes hasta hidratantes y antioxidantes. Ha sido utilizado por diversas civilizaciones a lo largo de la historia debido a sus propiedades curativas y medicinales.
Las hojas, que pueden medir hasta 40-50 cm de largo por 10-15 cm de ancho en ejemplares adultos, se disponen en forma de roseta basal. Son carnosas, triangulares con bordes dentados. Sus flores dispuestas en inflorescencias de unos 70 cm de altura y que terminan en un racimo simple de flores tubulares amarillas anaranjadas y frutos que contienen numerosas semillas.
Cuidados
Es muy importante que cuente con un buen drenaje, ya que es muy sensible al exceso de agua.
Necesita mucha luz, pero no conviene abusar de la luz directa, sobre todo en verano ya que una excesiva exposición directa a la luz solar puede provocar que se quemen las hojas y se vuelvan de color marrón.
La temperatura ideal para está entre los 17 y los 27 grados. No resiste bien las temperaturas constantes por debajo de los 10 grados ni las heladas.